La situación política en Camerún afecta a las escuelas maristas de las regiones anglófonas

“Desde noviembre de 2018, todos los establecimientos educativos administrados por los Hermanos Maristas en las regiones anglófona de Camerún han cerrado sus puertas. Muchas escuelas han sido testigos del secuestro de los miembros del personal o estudiantes o ambos. Igualmente, todos los estudiantes que estuvieron anteriormente en las escuelas administradas por maristas están en sus casas o se han cambiado a otras escuelas ya sea en la única sede regional donde algunas siguen funcionando, por debajo de su capacidad, o están en otras ciudades de las zonas francófonas de Camerún. Antes del inicio de la crisis en 2016, los Hermanos Maristas en las regiones de habla inglesa de Camerún tenían alrededor de 2200 estudiantes”, declara el H. Peter Awoh, al hablar sobre la situación de las escuelas maristas en las regiones anglófonas de Camerún, país cuya mayoría es francófona.

Camerún es uno de los seis países del distrito West Africa, junto con Chad, Costa de Marfil, Ghana, Guinea Ecuatorial y Liberia. Los maristas están presents en Bafut/Bamenda, tatum, Douala, Mbengwi. En el país, las escuelas maristas son: Saint Albert’s College, Bafut; con 1.020 estudiantes; Saint Joseph’s College, Mbengwi, con 600 estudiantes, y Saint Pius ’College, Tatum, con 300 estudiantes. El cuarto es el internado bilingüe diocesano College Notre Dame des Nations en Douala.

A continuación, tres Hermanos Maristas de Camerún, nos describen, a través de sus testimonios, la situación de las escuelas en el país.

Ecos de la crisis anglófona

La crisis que ha afectado no solo el sistema escolar en el Camerún anglófono sino a todas las regiones anglófonas comenzó con una huelga convocada por maestros y abogados sobre asuntos laborales relacionados con la erosión de la cultura del subsistema educativo inglés y el sistema jurídico de Derecho anglosajón (Common Law).  Esta huelga pacífica – de abogados y maestros – se volvió sangrienta cuando los agentes de seguridad dispararon contra manifestantes pacíficos desarmados en diciembre de 2016, y causó la muerte de un manifestante. Estaba claro que lo que había comenzado como una huelga de maestros y abogados atrajo a más simpatizantes y salió fuera de control.

El 11 de febrero de 2017, comenzaron a oírse las primeras llamadas para separar el Camerún anglófono. Lo que había comenzado como una llamada a la federación se convirtió en una llamada para la completa separación y restauración de la independencia. A fines de noviembre de 2017 comenzaron las etapas cruciales del conflicto armado. En octubre de 2018, una buena parte del Camerún anglófono estaba bajo el control de las fuerzas separatistas conocidas popularmente como » Amba boys«. Las fuerzas separatistas han intercambiado acusaciones con el gobierno sobre quién es el responsable de los secuestros y la quema de escuelas y otras instalaciones.

En 1961, la parte del Camerún meridional británico del sur votó en un plebiscito para unirse al Camerún francés como socios igualitarios. En 1972, una nueva constitución abolió la estructura federal de Camerún e introdujo una forma de gobierno unitario centralizado. Los problemas actuales de Camerún surgieron de la abolición de la forma de Estado federal que vio la erosión de los sistemas educativos y jurídicos que el sur de Camerún británico había introducido en la unión” (H. Peter Awoh).

Enfrentando la realidad

 “Los efectos negativos de la crisis en Camerún son abundantes: muchas personas han muerto, algunas has sido desplazadas internamente; hay más son refugiados, los poblados han sido destruidas y se han cerrado muchas escuelas en los dos últimos. Para los Hermanos Maristas de Camerún, esto es un gran desafío: nuestros apostolados han sido fuertemente afectados. Este es el desafío frente al cual no podemos permanecer indiferentes. Hemos estado reflexionado sobre cómo responder a esto y la necesidad de continuar el proceso. Creemos que no podemos permitirnos estar desocupados e indiferentes simplemente porque nuestras escuelas no están funcionando.

Cuando el Saint Albert’s Comprehensive College, en Bafut ya no podía operar, la Comunidad de Bafut tuvo que encontrar la forma de seguir trabajando aun sin una escuela. Ante la pésima situación, optamos por realizar trabajos manuales a fin de no perder toda la inversión que los maristas habían realizado en el país. Los hermanos de la comunidad de Bafut han acogido este trabajo con una actitud positiva. Pensamos continuamente en el trabajo como algo intrínsecamente bueno; somos cocreadores del mundo y el trabajo de Dios es parte de nuestra contribución para hacer de la tierra un hogar hermoso” (H. Tansam Elvis).

Renovando nuestro servicio a todos los necesitados

“Los Hermanos en la Comunidad de Tatum han tenido que redefinir y reorientar su apostolado y sentido de hermandad para atender cada vez más a jóvenes pobres atrapados en la violencia, privados de la escuela y obligados a permanecer inactivos a diferencia de sus amigos que huyen a regiones más seguras del país. Se les mantiene ocupados desarrollando sus habilidades, realizando programas enfocados en lectura fluida, habilidades básicas de estudio, oratoria y juegos recreativos. Algunos de los jóvenes han descubierto talentos escondidos que tenían y podrán explorar ni bien la situación vuelva a la normalidad. Además de estos programas realizados en momentos de relativa calma, la comunidad se ha convertido en un centro improvisado para refugiados, que ha acogido a los vecinos cada vez que se veían obligados a huir y salir de sus hogares debido a las intensas batallas armadas entre las facciones en guerra. Los hermanos también se han involucrado plenamente en la vida pastoral de la comunidad cristiana, ofreciendo orientación espiritual y moral donde sea necesario y colaborando para distribuir asistencia material a los desplazados y a las personas sin hogar.

A medida que la crisis continúa, nosotros, como Hermanos, tenemos una nueva oportunidad para seguir preguntándonos sobre el sentido de nuestra consagración como maristas y nuestro servicio a los jóvenes y a todos los necesitados ahora que nos sorprenden las circunstancias inusuales fuera del marco de nuestro apostolado escolar tradicional. Al final de la crisis, tenemos que pensar y abordar la difícil situación de las madres adolescentes, los jóvenes que han comenzado a hacer uso de las drogas y la violencia armada, y también los huérfanos o traumatizados por la crisis de diferentes formas” (H. Stephen Kpunsa).

Confiando en Dios mientras esperamos un cambio

“Mientras esperamos con esperanza el nuevo año académico 2019/2020, esperamos que Dios ablande los corazones y las mentes de las facciones enfrentadas para que sientan el clamor de los pobres padres e hijos por la paz y la reanudación de las clases en las dos regiones anglófona de Camerún” (H. Tansam Elvis).

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